Las truchas de agua dulce, como la trucha común (Salmo trutta) y la trucha arcoíris (Oncorhynchus mykiss), son especies altamente sensibles a los cambios en su entorno, incluidos los relacionados con la luna.
Estos peces tienen comportamientos alimentarios específicos que pueden verse influenciados por la fase lunar.
La principal forma en que la luna afecta el comportamiento alimentario de las truchas en ríos, lagos o lagunas es a través de las mareas y las corrientes resultantes. Aunque las mareas tienen una influencia más directa en los cuerpos de agua costeros, las corrientes generadas por las mareas pueden alcanzar también los sistemas de agua dulce, especialmente en estuarios o áreas cercanas a desembocaduras de ríos.
Cuando las corrientes son más fuertes debido a la influencia lunar, las truchas pueden encontrar más dificultades para alimentarse. Las corrientes rápidas y turbulentas pueden desplazar los alimentos que las truchas suelen consumir, como insectos, gusanos y pequeños crustáceos, haciendo que sea más difícil para ellas detectar y capturar sus presas habituales.
Además, las truchas de agua dulce son conocidas por aprovechar los momentos de menor corriente para alimentarse de forma más eficiente. Durante las fases de cuarto creciente y cuarto menguante, cuando las mareas son más débiles y las corrientes son más suaves, las truchas pueden aprovechar estas condiciones para buscar y capturar alimentos de manera más efectiva.
Otro aspecto a considerar es el efecto de la luz lunar en las truchas. Durante la noche, la luz de la luna puede atraer a insectos y otros organismos acuáticos a la superficie del agua. Esto puede llevar a un aumento en la actividad alimentaria de las truchas, ya que tienen más oportunidades de alimentarse de estos organismos.
En resumen, las truchas de agua dulce en ríos, lagos o lagunas pueden experimentar cambios en su comportamiento alimentario debido a la influencia lunar. Las corrientes más fuertes y turbulentas durante la luna llena y la luna nueva pueden dificultar la búsqueda y captura de alimentos, mientras que las fases de cuarto creciente y cuarto menguante, con mareas más débiles y corrientes más suaves, pueden brindar a las truchas mejores oportunidades de alimentación. Además, la luz lunar durante la noche puede atraer insectos y otros organismos acuáticos, aumentando así las posibilidades de alimentación para las truchas.